Desde la Clínica Dental Higueras recomendamos a nuestros pacientes y lectores a reaccionar lo antes posible ante la pérdida de un diente; si ésta no es reparada a tiempo, las encías, los otros dientes, y el propio maxilar se resentirán. Una boca es un sistema complejo, que sólo funciona correctamente cuando todos sus componentes están sanos y fuertes. Si uno de ellos se pierde o resulta dañado, los demás empezarán a sufrir las consecuencias y degenerarán con el tiempo..
Salud
La boca es la puerta de entrada al cuerpo, y su función esencial es la de masticar, romper los alimentos que ingerimos en pequeños pedazos que puedan ser tragados y digeridos con facilidad. La capacidad de morder y masticar no sólo nos permite disfrutar de la comida (que nos da calidad de vida) sino que es una parte importante del todo que es la digestión. Dientes rotos o perdidos, dentaduras que no encajan bien o mandíbulas fuera de su posición acaban por tener un impacto en la salud del cuerpo entero.
Perder un diente
La pérdida de un diente es bastante más grave de lo que muchos piensan. Por supuesto tiene un impacto estético, ya que un hueco vacío es suficiente para destrozar una sonrisa y muchos pacientes con piezas perdidas sufren problemas de autoestima. Pero es que una dentadura incompleta tiene muchas más implicaciones.
En primer lugar obliga a alteraciones en la dieta, a evitar o abandonar ciertos alimentos que ya no se pueden masticar con normalidad; se pierden nutrientes esenciales para mantenernos saludables. Además, aquello que comamos se mastica peor, dificultando las siguientes etapas de la digestión, algo que se presenta acompañado de acidez, dolor de estómago y otros molestos síntomas.
Los dientes, diseñados para realizar funciones muy específicas, se ven obligados a masticar alimentos que no les corresponden. La pérdida de los molares, por ejemplo, obliga a los incisivos a machacar la comida, a pesar de que su función es cortar. Esto puede acabar dañando los demás dientes, y obliga a la nuestra boca a realizar movimientos de masticación que le son extraños, forzando músculos y ligamentos.
El tejido óseo del maxilar, que soporta los dientes, crece y se regenera sólo cuando es estimulado por los propios dientes. Cuando un diente se pierde, la falta de una raíz provoca un fenómeno conocido como reabsorción, mediante el cual el tejido óseo empieza a perder densidad. La pérdida de un diente afecta a la estabilidad de los demás, porque todo el hueso se ve afectado, y aumenta el riesgo de que se sigan cayendo. Si no se interviene a tiempo es posible que el maxilar sea irrecuperable, y que haya que realizar un trasplante óseo antes de empezar a intentar regenerarlo.
Como puedes ver, lo que comienza como un pequeño problema puede acabar por tener graves consecuencias. Si te falta una pieza dental y quieres evitar tener que lidiar con ellas te animamos a visitarnos en la Clínica Dental Higueras, en Bravo Murillo 153 Madrid, ponemos a tu disposición nuestra experiencia y formación continuada en implantología para sustituir los dientes que te faltan con eficacia y profesionalidad.